Los productores de alimentos que quieran exportar a la potencia asiática deben conocer las exigencias para el ingreso de sus productos al país. Los más importantes se relacionan con el control del proceso de producción, los residuos químicos y contaminantes, y la trazabilidad.
Los Estados pueden frenar el ingreso de frutas o verduras a su territorio siempre y cuando las medidas que tomen sean acordes a los estándares de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF).
Como muchos otros países, Japón cuenta con procedimientos estrictos para ingresar alimentos extranjeros a su territorio. Se trata de tres pasos: la notificación de importación, la inspección y la obtención del certificado de notificación.
Los productores que quieran vender productos alimenticios al país asiático deben cumplir con ocho obligaciones destinadas a cuidar la salud de los japoneses y evitar el ingreso de plagas al país.
Para enfrentar el problema de las enfermedades vinculadas con los alimentos, los gobiernos y las organizaciones internacionales han creado el HACCP, un sistema basado en 7 principios que aseguran la inocuidad de los alimentos.
Aquellos establecimientos que cumplan ciertos requisitos y se inscriban en un registro, pueden ingresar sus productos al país bajo un sistema de vía rápida.
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