La industria de servicios globales muestra un crecimiento constante y un camino muy dinámico caracterizado por movimientos rápidos y sin precedentes hacia los servicios de mayor valor, cambios constantes tanto en el comercio como en los modelos de entrega de servicios, y una cantidad creciente de locaciones emergentes para la tercerización de servicios o el outsourcing.
Por lo general, disponer de un área funcional dedicada a gestionar a los recursos humanos resulta excesivamente caro para las PYMEs. Recurrir a servicios de outsourcing, dejándolo en manos de profesionales expertos que se dedican a este tema, puede ser una excelente estrategia para concentrarse del todo en las áreas clave del negocio.
Se trata de un área de enorme crecimiento en la industria de servicios tercerizados. Con la disponibilidad de mano de obra calificada, costos competitivos y una gran infraestructura para la prestación de procesos offshore, América Latina y el Caribe se posiciona como una región ideal para prestar este tipo de soluciones.
Es una técnica innovadora de administración que consiste en la transferencia a terceros de ciertos procesos que no forman parte de la operativa principal del negocio. Permite concentrar los esfuerzos y recursos de la empresa en actividades esenciales y mejorar la competitividad
En la última década, la tercerización en América Latina se ha convertido en una práctica ventajosa y estratégica para las empresas estadounidenses. Los servicios se ha vuelto la nueva tendencia.
Las PYMEs de América Latina y el Caribe ofrecen una amplia gama de beneficios de tercerización para las tecnologías de información o ITO, principalmente por la proximidad geográfica, capital humano capacitado y afinidad cultural. El mercado global de ITO alcanzó los US$ 288 mil millones en 2013, y continuará aumentando por lo menos hasta 2017.
Según distintos autores, el término “outsourcing” fue creado por el economista Ronald Coase. Su evolución pasó desde la contratación de tareas básicas, denominadas de “cuello azul”; hasta la tercerización de servicios especializados y calificados, llamados de “cuello blanco”.
Uno de los grandes retos que enfrentan las PYMEs exportadoras es entregar el producto al cliente en tiempo y forma. Para lograrlo, estas empresas suelen apoyarse cada vez más en operadores logísticos que se ocupan de todo el proceso, desde los trámites en aduana y embalaje hasta el envío al destino final de la mercancía.
Contar con un certificado de calidad es una de las mejores formas de generar credibilidad e incursionar exitosamente en el mercado global.
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