Por Roberto Alfaro / Cortesía  Gerente, EMB

Cuando la información se ha transformado en uno de los activos más importantes de una organización y grandes cantidades de la misma provienen de diversas fuentes, la inversión en soluciones capaces de almacenar big data, así como de analizarla y procesarla, se incrementa cada vez más. De hecho, de acuerdo a cifras aportadas por la consultora internacional IDC, las empresas chilenas invirtieron cerca de US$50 millones en 2014, en sistemas ad hoc, presentando la tasa de crecimiento más importante de la Región en ese ítem.

Y es que comprender los alcances respecto de que analizar los grandes volúmenes de datos, en beneficio de los principales objetivos del negocio, es clave. Efectivamente, la analítica de información puede entregar importantes ventajas competitivas en diversos ámbitos, sectores o industrias. Uno de ellos es el de la distribución, ya que permite actualizar, optimizar y afinar inventarios en función de la demanda en tiempo real. Además, hace posible analizar el comportamiento de los clientes, fijar los precios en consecuencia u ofrecer los incentivos adecuados para atraer a los clientes. De hecho, en el área del marketing puede tornarse en una herramienta de gran valor para conocer las preferencias, intereses y perfil de consumo de cada cliente y, de esa manera, desarrollar campañas de marketing totalmente exclusivas y personalizadas. Asegura también beneficios muy significativos en el ámbito de la administración pública, donde está siendo pieza fundamental en el desarrollo de lo que se conoce como las ciudades inteligentes. 

Múltiples mejoras

Un efectivo procesamiento de datos mejora la eficiencia y optimiza los costos, ya que analizando la información de manera correcta se puede acelerar la velocidad con que se desarrolla un producto; también compartir datos de forma rápida y realizar simulaciones de producto. Asimismo, mejora la gestión empresarial, controlando los factores de riesgo y apoyando la toma de decisiones fundada en datos recogidos en tiempo real. Entre muchas otras ventajas, incluso, sirve de apoyo para la seguridad de los datos. Esto, porque posibilita el estudio de patrones de comportamiento en el sistema empresarial, con lo cual es factible identificar vulnerabilidades, evitando así posibles fraudes y la fuga de datos sensibles e información confidencial. No obstante, se hace indispensable una buena asesoría que identifique las fuentes de datos de mayor valor, a nivel interno y externo; y en base a eso seleccionar las mejores tecnologías.

Según IDC, el 89% del crecimiento de la industria de Tecnologías de Información, de aquí a 2020, será resultado de las inversiones que se hagan en big data. Claramente, esto representa más que un desafío: es una oportunidad no solo para los proveedores, sino también para las organizaciones de todo tipo que buscan crecer y mejorar su productividad, así como optimizar su calidad y servicio, con información y data disponible que genere un conocimiento tal que permita mejores decisiones de negocio.