La mitad del mundo no olvidará el viernes 13 de marzo del 2020, el último día que muchos vieron por última vez a sus compañeros de trabajo o a sus familiares. Se despidieron sin pensar que la próxima vez que se vieran, nada sería como antes. Con el anuncio de confinamiento en los países a donde apenas llegaban los primeros contagios del Coronavirus, todo cambió.
Así lo recuerdan Jeremy y Tabitha Fleming, fundadores de Stagekings, una empresa de montaje de escenarios en Australia. Cuando cuentan cómo empezaron, los Fleming hablan de dos inicios diferentes. El primero fue en 2015 cuando Jeremy, un carpintero y montador de escenarios para eventos, pensó en diseñar sus propias estructuras personalizadas para clientes específicos en el entretenimiento.
Junto a Tabitha Fleming, una experta en ventas y marketing, concretaron el negocio inspirados en las mejores estructuras de espectáculos en Europa, pero para el mercado australiano. Un año después, Stagekings ya diseñaba y construía los escenarios más grandes y personalizados en todo el país, y eran reconocidos por ello.
El 13 de marzo de 2020 las medidas anunciadas por el Primer Ministro en Australia sobre el confinamiento, cambiaron todas las reglas para la industria del entretenimiento. En esa parte del mundo, se trató de la primera industria a nivel nacional en colapsar por completo a causa de la crisis por Covid-19 y, lo que el matrimonio de los Fleming construyó en 5 años, se disolvió en 48 horas.
Negados a la idea de deshacerse de su personal con el que habían llegado hasta ser quienes montaran los sets de parques temáticos y de la Fórmula 1, pensaron en cómo sobrevivir la crisis. Sin abandonar la misión de su empresa de construir estructuras para impresionar a miles de australianos, ajustaron su oferta a las nuevas necesidades del mercado australiano y empezaron de nuevo, esta vez como IsoKings: producirían escritorios sencillos para el hogar.
Como Stagekings, hay millones de empresas que de un día a otro o en semanas, se adaptaron para sobrevivir la crisis del Covid-19. Así que, si tu panadería de confianza se convirtió en un canal de Facebook para hacer pan casero o si en tu localidad se presentó una banda de rock frente a cientos de autos estacionados, estás frente a vivos ejemplos de esta low touch economy y el ensayo de nuevas formas de interactuar.
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