La economía uruguaya ha registrado un notable proceso de crecimiento en los últimos años, que se tradujo en un importante aumento de la demanda energética, tanto a nivel de los hogares como de las empresas. Si bien se han realizado importantes avances en materia de infraestructura energética, se espera que el aumento de la demanda de energía continúe junto con la expansión de la economía. En este contexto, Uruguay se enfrenta al reto de continuar desarrollándose de forma sostenible y amigable con el medio ambiente. Este desafío presenta interesantes oportunidades para el desarrollo de inversiones en el sector.
Desde 2005, el país ha trabajado en la elaboración de una política de estado en materia energética, con el objetivo de diversificar la oferta y aumentar la independencia energética. Estas medidas permitirán bajar el costo medio de generación eléctrica y disminuir sus impactos ambientales, así como incrementar la participación de energías autóctonas en la matriz.
Como parte de la estrategia para generar un desarrollo productivo sostenible, Uruguay ha impulsado normas que promueven los emprendimientos vinculados a las energías renovables. Ejemplo de ello es el decreto 354/0096 que otorga incentivos tributarios específicos para este sector. Éste se encuentra enmarcado dentro de la Ley de Promoción y Protección de Inversiones, que declara de interés nacional la promoción y protección de inversiones nacionales y extranjeras, y establece que ambas deben ser tratadas de igual modo.
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