La Unión Europea concentra una población de 446 millones de habitantes, siendo la región con mayor densidad después de China y la India. Representa un mercado único gracias a sus 27 economías miembro. En julio del 2000 se firmó el tratado de libre comercio entre México y la Unión Europea, denominado TLCUEM, siendo el primer acuerdo comercial entre el continente americano y el europeo. En el 2020 se concluyeron las negociaciones para modernizar el tratado, sin embargo, la Unión Europea como bloque económico no consigue figurar entre los principales socios comerciales de México. De acuerdo con Data México, Estados Unidos concentró el 82.39% de las ventas internacionales mexicanas y apenas Alemania se vislumbró con 1.78% de la participación comercial de México.
¿Qué hace falta para que las PYMEs mexicanas aprovechen las oportunidades comerciales que se presentan con los 27 países que conforman la Unión Europea? Para poner detalle y contexto, en este artículo nos limitaremos a los datos macroeconómicos entre Italia y México.
Italia es el quinto país con mayor inversión en México con 1,600 empresas de accionistas italianos. De éstas, 350 tienen su corporativo en Europa con oficinas en nuestro país, mientras que 150 han invertido directamente en construcción de polos productivos como plantas y oficinas.
De manera contrastante, México no figura dentro de las estadísticas económicas como socio comercial de Italia por contar con apenas 66 empresas con accionistas mexicanos, de las cuales sólo 3 cuentan con polo productivo de inversión en Italia.
¿Cuál es la razón? Una premisa es que el empresariado mexicano sigue viendo a Estados Unidos como el mejor mercado para sus productos y servicios de exportación, mientras que la realidad es que en ciertos productos el mercado está saturado y la competencia se basa en el precio. Por otro lado, si bien hay competencia en Italia, también hay productos en donde las oportunidades no han sido exploradas por empresas mexicanas y ese vacío de productos ha ocasionado que otras empresas de diversas nacionalidades tomen como suyas ideas y sabores de la gastronomía mexicana para acercarlo al paladar italiano. Además, en Italia, a diferencia de Estados Unidos, los consumidores anteponen calidad a precio, tomando en cuenta tiempos de entrega.
Los márgenes son atractivos en una moneda igual o más estable que el dólar. La diferencia se encuentra en las decisiones que cada empresa toma para posicionar su servicio o producto en el exterior. Entre los factores que se deben considerar se encuentran: a) Invertir a largo plazo en recursos humanos y materiales in situ en el país de destino, b) Construir marcas donde se dé mayor prioridad a la calidad que al precio, y c) Tener flujo de caja para poder gestionar la logística, abastecerse de la cadena de suministro pagando a proveedores y tener dinero suficiente para entregar a tiempo las órdenes de compra.
A pesar de la rentabilidad que pueden obtener, las empresas mexicanas no están dispuestas a tomar el riesgo de crecer sus exportaciones a la comunidad europea por la inversión que requiere. Para ello, existen soluciones financieras como el factoraje internacional sin recurso que ofrece Mundi. En el último año se han apoyado a pequeñas y medianas empresas a crecer sus ventas en el exterior en un 40% promedio gracias a la liquidez inmediata de las cuentas por cobrar de manera digital, rápida y con un seguro en caso de impago por parte del cliente en el extranjero.
Artículo elaborado por Mundi.
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