Una investigación del BID destaca que la exportación de flores frescas es un ejemplo exitoso de productores en países de bajos ingresos que han logrado competir en mercados internacionales de alto valor. Todavía existen áreas para mejorar, especialmente en el sector logístico.
El 80% del consumo se concentra en Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, los Países Bajos y Suiza
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) avances en la genética, medios de transporte, logística, refrigeración y comunicaciones han resultado en el éxito del negocio de la floricultura en países como Ecuador, Colombia o Kenia. Estos productos luego se distribuyen y comercializan en mercados lejanos de alto valor como Estados Unidos (EE.UU.), Canadá y Rusia.
La floricultura es una industria atractiva en América Latina y el Caribe por sus condiciones geografías y climáticas ideales en la región para cultivarlas. Según la investigación, las estimaciones sobre el consumo anual de flores cultivadas comercialmente van desde los US$ 40.000 a los 60.000 millones de dólares. Por el lado de la demanda, el 80% del consumo se concentra en seis países: Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, los Países Bajos y Suiza.
Seguir