Según el organismo regulador de alimentos y medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), entre 2002 y 2010 la cantidad de alimentos importados prácticamente se duplicó al pasar de 4,4 millones a 8,6 millones de importaciones. La FDA revela que el 15% del total de los alimentos consumidos en los Estados Unidos (EE.UU.) son importados, de los cuales el 80% corresponde a pescados y mariscos, 50% a las frutas frescas y 20% a hortalizas.
Segmentos de mayor importancia
Según Proexport, el público más influyente en el consumo de alimentos en EE.UU. son los “baby boomers”, integrado por los ciudadanos mayores de 50 años, quienes tienen bajo su control el 70% del ingreso disponible.
La tendencia en este rango de edad muestra una mayor conciencia para cuidar la salud a través de los alimentos. Por eso, según Proexport es recomendable evitar comercializar alimentos que contengan altos niveles de jarabe de maíz alto en fructuosa, azúcar, colorantes artificiales y gluten, teniendo en cuenta que el 78% de estos individuos lee las etiquetas y evita estos ingredientes.
La generación del “milenio”, integrada por jóvenes entre los 15 y los 33 años, es otro sector con un gran potencial porque está más dispuesto a probar nuevos productos como frutas tropicales, granos no tradicionales y comidas exóticas en general. A la hora de comprar alimentos se fija en elementos como: certificaciones orgánicas, envoltorios reciclables, productos que apoyen la sostenibilidad y el precio justo.
En tanto, el mercado hispano de los Estados Unidos es uno de los sectores de más rápido crecimiento, destaca ProChile. Este inmenso grupo mantiene las costumbres y raíces alimenticias de las culturas de origen, por lo cual es un target ideal para los productores de alimentos de América Latina y Caribe ya que no tienen tanta necesidad de adaptar los productos o el envasado.
Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en el 2011 se registraron 52 millones de hispanos, convirtiendo al grupo en la minoría étnica o racial de mayor tamaño. Además, de acuerdo a ProChile, cerca del 70% de la población hispana prefiere leer las etiquetas de alimentos y bebidas en español.
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