La manifestación del deseo de convertirse en emprendedor se recibe de forma muy distinta que en el pasado. Si bien no alcanza con decir que es “cosa segura”, se está transformando en un camino más común para egresados universitarios.

En los "viejos tiempos" era muy duro ser emprendedor. Antes se debía tener una idea, ésta tenía que significar un gran avance, causar furor y luego había que conseguir financiación, generalmente de amigos escépticos y familiares mayores. Significaba años de trabajo, esfuerzo y tenacidad antes de siquiera poder considerar la posibilidad de una ganancia. Eran épocas de mucha inseguridad pero aquellos pocos que subsistieron triunfaron a lo grande.

Hoy día, Internet brinda una plataforma poco costosa para que cualquiera con una buena idea pueda comenzar algún negocio.

Inspirados en los ecosistemas naturales, los ecosistemas de Internet (o digitales) son redes o sitios web que crean un tipo de ambiente donde una industria particular puede prosperar. Sitios web, gente, temas, partes interesadas, asociados, competidores y bloggers, todos forman un vecindario alrededor de una compañía que puede triunfar o fracasar.    

Usted como emprendedor puede utilizar Internet como un lugar económico donde puede poner en marcha su nueva empresa. Los sitios web y los blogs han iniciado algunas de las compañías más grandes a la fecha. Compañías tales como Facebook y Tumblr han traído esperanza a todos quienes tengan algo para decir sobre algún tema. Si su negocio aún no está en el negocio de las redes sociales puede utilizar estos sitios para llegar a su mercado demográfico meta a bajo costo o sin costo alguno. 

En un artículo publicado por Technology Management Review, Gordon Quinn explica que “una campaña de creación de marca en línea de $1M quizás cueste entre $20-30M en publicidad tradicional para alcanzar la misma cantidad de gente propicia”. La población en línea de Facebook y Twitter combinada supera aquella de todo Estados Unidos. Dado este panorama de exposición, las compañías frecuentemente reciben publicidad gratis que de otra forma les hubiese costado millones en investigación de mercado y espacio televisivo.

En los últimos dos años, la cantidad de comercializadores que afirmaron que Facebook es crucial para sus negocios aumentó 83%. Mientras que el mercadeo en periódicos, radio, revistas y televisión se encuentra en declive, el mercadeo en línea ha crecido en forma significativa, superando el 18% del mercado publicitario en 2013. 

El aspecto agridulce de esta facilidad, cuando se trata de iniciar una compañía y alcanzar al mercado demográfico de meta, es comprender que como los empresarios buscan brechas en el mercado en relación a los deseos y necesidades de los potenciales clientes, el producto se encuentra constantemente en riesgo. Antes, cuando se necesitaba una gran cantidad de fondos para ejecutar un proyecto, los competidores potenciales apenas hubiesen hecho mella, pero ahora están apareciendo compañías que están reemplazando a sus predecesores. Un ejemplo clásico es el de Myspace y Facebook. 

Sin embargo, a una escala global, el empleo, la inyección de dinero en la economía y la felicidad creada por el constante flujo de nuevos bienes y servicios hace que los continuos ajustes a productos ya existentes esté bien, ¿verdad?

Un fenómeno interesante sobre empresariado en línea es que el más mínimo cambio en un producto puede causar un desplazamiento en la retención de usuarios. Muchos de los productos dependen de la subcultura que él mismo crea. Las redes sociales preferidas junto a las aplicaciones que uno descarga para las mismas, asociado a la plataforma elegida para bajar videos y los filtros que se eligen para las fotografías que se toman, forman en su conjunto una identidad personal.

El sitio de streaming de video utilizado determina el tipo de ciudadano que es el empresario. Vimeo y Youtube en esencia ofrecen el mismo servicio. Lo que los diferencia no es el producto sino el fin que el consumidor decide darle a ese producto.