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El derecho y la moda sostenible
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Publicado por TRIB•ECO

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¿Puede el derecho ser una herramienta de sostenibilidad?

La moda sostenible cada día gana más adeptos y ¡qué bueno! pues es la industria responsable del 8% de la contaminación climática mundial. Pero ¿sabes realmente de dónde vienen las telas de las prendas que compras o que vendes? ¿tienes idea de quién cose el forro de tu abrigo favorito o en qué condiciones trabajan?

Ya sea que tengas una marca de moda sostenible o te asumas como un consumidor responsable, el Derecho es una herramienta esencial que nos tiene que acompañar en el viaje por la sostenibilidad. Tal y como lo mencionó Susy Bello Knoll en la Masterclass “El Derecho como herramienta de sostenibilidad” el pasado 29 de febrero: “el derecho cruza la moda como una flecha y toca todas sus partes”.

Analizar la industria de la moda desde el punto de vista del Derecho no es una tarea fácil, pues la moda genera un gran impacto en el intercambio de bienes y servicios y su complejidad se ve agravada por su cadena productiva. Por ejemplo, el algodón para elaborar la tela de tu prenda podría provenir de la India, los botones de China y podría confeccionarse en España, ¿qué regulaciones tendría que cumplir esa prenda?

Dependiendo de donde opere tu marca, las regulaciones pueden cambiar y por eso es tan importante que conozcas las leyes que existen no solo en tu país sino en el resto del mundo, al fin y al cabo, somos una sociedad global y la sostenibilidad nos atañe a todos.

LEGISLACIÓN

Hay ramas del Derecho que por lo general tendrás que contemplar -en tu país y en el resto del mundo- para que tu marca cumpla con los requisitos legales esenciales:

1. Derecho Empresarial: Incluye el tipo de estructura societaria que formarás para que tu empresa funcione, impuestos y contribuciones. Incluye también, los contratos que suscribimos con los distintos actores en la cadena de producción de tu producto, por ejemplo, compraventa, distribución, transporte, seguros.

2. Propiedad Intelectual: La moda es una industria creativa y las ideas se protegen. Esta rama regula los derechos de autor, las patentes, la imagen, las denominaciones de origen y la posibilidad que existe de registrar o no un diseño, lo cual dependerá de la legislación de cada país. Si quieres saber más sobre este tema en particular y evitar la apropiación cultural, te invitamos a que veas esta masterclass.

3. Derechos Humanos: Una de las mayores preocupaciones, referidas en la moda, a nivel mundial, se vincula con el respeto a los derechos humanos. En este sentido la principal preocupación se centra en el derecho laboral cuando existe trabajo esclavo, salarios dignos, explotación infantil y falta de condiciones justas de trabajo en las distintas áreas que la componen: confeccionistas, modelos, proveedores, cultivos, y estos ejemplos, sólo por citar algunas de las cuestiones más conocidas por el público en general.

4. Derecho del Consumidor: El usuario final debe estar protegido, pero a la vez tiene derechos indispensables cómo saber de dónde viene la prenda que usa y los materiales; incluso, es un deber de las marcas asegurar la protección de su privacidad y cuidar sus datos personales.

RESPONSABILIDAD SOCIAL Y ORGANISMOS INTERNACIONALES 

Además de las leyes y reglamentos (que son de cumplimiento obligatorio) existe una capa adicional de regulación: la “responsabilidad social corporativa” o “regulación de mejores prácticas”, estas reglas no tienen carácter obligatorio, pero existen con la intención de alentar una actuación más ética de los participantes de la industria.

Son entonces, las propias marcas -con ayuda de los organismos internacionales- quienes se auto imponen políticas éticas y de sostenibilidad para su cumplimiento y compromiso con el medio ambiente y quienes impulsan a los gobiernos a implementar legislación para hacer que los cambios que promueven en sus políticas se cumplan en la totalidad de la industria.

Por ejemplo, en 2018 diversas marcas de moda y proveedores se unieron para firmar la “Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática”, bajo el auspicio de la ONU Cambio Climático, la cual contiene 16 principios dirigidos a reducir emisiones de carbono, mejorar la selección de materiales sostenibles, aumentar la sensibilización de consumidores, entre otros.

Igualmente importantes, son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en 2015 por todos los Estados Miembros de Naciones Unidas los cuales se basan en tres elementos fundamentales: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Hay que revisar cuidadosamente cada objetivo y analizar qué está haciendo tu marca por lograr su cumplimiento. 

Por ejemplo, el ODS 12 busca garantizar las modalidades de consumo y producción sostenibles para hacer más y mejores cosas con menos recursos, para lo cual se necesita adoptar un enfoque sistémico que logre la participación de toda la cadena de suministro. Entonces, ¿cómo desde tu cadena de valor puedes dar respuesta a este elemento de la sostenibilidad?

Si bien los ODS no son jurídicamente obligatorios, su cumplimiento y éxito se basan en las políticas, planes y programas de desarrollo sostenible de los países miembros y la responsabilidad social y ambiental que tenemos como seres humanos.

OTROS AVANCES

En respuesta a la preocupación por las condiciones de trabajo y las normas laborales en las cadenas de suministro, se hace cada vez más hincapié en la transparencia y la trazabilidad de las materias primas utilizadas en la producción de ropa. Varias disposiciones legales, en Estados Unidos, Reino Unido y Francia requieren que las marcas den a conocer los detalles de la cadena de suministro, haciendo que la trazabilidad sea un factor importante a la hora de determinar qué tan sostenibles son las cadenas productivas y qué ocurre con los productos que no se venden.

Francia es país pionero en una ley que prohibe la destrucción de mercancía a pequeñas y grandes marcas, con el fin de aumentar el calentamiento global producido por estas acciones.

Organismos como Fashion Revolution, promueven continuamente ideas y proyectos para que la moda alcance a la sostenibilidad, por ejemplo, incitan a las marcas a crear una “economía circular”, un nuevo modelo de negocio que pretende que todos los materiales sean reutilizados.

La relación del derecho con la moda y con una conciencia de sostenibilidad es muy amplia y queda mucho por hacer. Los gobiernos tienen el reto de uniformar leyes y términos con los estándares internacionales, crear políticas públicas y programas educativos. Las empresas de moda deben asumir sus responsabilidades en cuestiones medioambientales, de derechos humanos y mejores prácticas. Y finalmente, el consumidor debe adoptar un compromiso real para contribuir con un futuro más sostenible.

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