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AGRONEGOCIOS

Aprende a gestionar los riesgos para tu PyME de agronegocios

¿Qué puede hacer un pequeño productor si una helada arruina la cosecha de todo un año? ¿Cómo puede un negocio de exportación de insumos alimentarios adaptarse eficientemente ante un repentino cambio en el mercado cambiario?  ¿O qué pasa si una huelga de transportistas impide la distribución de una producción de alimentos y éstos se echan a perder?

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Publicado por ConnectAmericas

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Saber cómo responder estas preguntas significa saber cómo gestionar los riesgos de un negocio. Pero no se trata de tener la solución para cada escenario posible, pues sería una tarea inacabable, sino de tener la capacidad y herramientas para enfrentar aquello que se sale de los planes de una empresa.

 

Tener esa capacidad le da una ventaja a las empresas de cualquier tamaño, pero es primordial para las pequeñas y medianas empresas (PyMES) dada su mayor vulnerabilidad ante cualquier tipo de eventualidad.

 

Una definición simple del riesgo nos dice que es todo aquello que puede hacer que las cosas no resulten cómo las planeamos.

 

Si pensamos en el sector agroalimentario, ¿cuántas eventualidades podrían desviar nuestros planes?  Desde procesos climáticos, como una inundación o una sequía, hasta cambios en los hábitos de consumo o una pandemia mundial, existe un vasto listado de riesgos para los agronegocios.

 

Pensar en todos los riesgos posibles para tu negocio puede resultar paralizante, pero la intención de hacerlo es, precisamente, para lo opuesto. Es decir, para que puedas saber cómo gestionarlos.

 

Gestión integral del riesgo

 

La gestión de riesgos es un componente importante de la gestión de un negocio y debe estar presente en todas sus áreas (producción, comercialización, distribución, finanzas, recursos humanos, etcétera). La consideración de todos los riesgos posibles y su impacto en el negocio, así como el desarrollo de estrategias para gestionarlos es lo que se conoce como gestión integral del riesgo.

 

En el caso de los agronegocios, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) señala que en América la gestión de riesgos se ha enfocado en acciones de respuesta y reconstrucción ante fenómenos climáticos. 

 

Una gestión integral de riesgos tendría que ir más allá, pues implicaría generar instrumentos de prevención, mitigación y transferencia de riesgos, además de incluir a todos los actores, públicos y privados, para trabajar en una estrategia consensuada.

 

Tipos de riesgos en los agronegocios

 

Los negocios vinculados al sector agropecuario se enfrentan a riesgos similares que negocios de otros sectores, así como a riesgos específicos de su sector.

 

El IICA cuenta con un Manual en el que ha establecido una tipología de esos riesgos de acuerdo al ámbito en donde ocurren. También ha planteado los efectos adversos que cada uno podría causar: 

 

  1. Riesgos a la producción

Considera a los elementos naturales, enfermedades, plagas y gestión y tecnología

Efectos adversos:pérdidas por disminución en la producción y en la calidad, aparición de plagas y enfermedades, pérdida de capital de trabajo, pérdida de la aptitud productiva del terreno.

 

  1. Económicos

Variación de precios

Efectos adversos: caída en la rentabilidad, reducción en la capacidad de pago, sobreexposición financiera, falta de liquidez, insolvencia.

 

  1. Humanos

Accidentes y enfermedades laborales

Efectos adversos: mayores costos laborales, acciones judiciales con impactos en el patrimonio, pérdidas por disminución de la calidad y cantidad del producto.

 

  1. Sociopolíticos

Cambios jurídicos

Efectos adversos: mayores costos, imposibilidad de comercializar la producción.

 

¿Cómo gestionar los riesgos?

 

Una vez que se han identificado los riesgos, el siguiente paso es desarrollar una estrategia de gestión para cada uno de ellos. La elección de la mejor estrategia de gestión dependerá de evaluar el grado de exposición al riesgo y su gravedad. Considera también que la efectividad de cada estrategia está sujeta a diversos factores, algunos internos (como la cultura del riesgo en tu negocio), y otros externos (como el marco legal y a las políticas públicas existentes). 

 

Identificar los distintos riesgos no significa que deban tomarse medidas para enfrentarlos todos al mismo tiempo. De hecho, es más efectivo y recomendable comenzar con estrategias para los riesgos potenciales de mayor efecto negativo.

 

Los riesgos se pueden: 

 

Evitar o eliminar: Aunque puede parecer la estrategia más deseable, considera que podría implicar modificar actividades o replantear toda una operación. Piensa en esta alternativa cuando el riesgo tiene una alta probabilidad de ocurrencia y una alta gravedad.

 

Transferir o compartir: En este caso se intenta que un tercero se encargue de asumir el riesgo, por ejemplo una aseguradora. En algunos casos el riesgo se puede compartir, por ejemplo al realizar acuerdos con proveedores o clientes para que las pérdidas, en caso de que el riesgo se materialice, sean asumidas por todas las partes.

 

Mitigar: Esta estrategia funciona para reducir la probabilidad o la gravedad de los riesgos. Pueden ser actividades sencillas como cambiar de proveedor. 

 

Aceptar: Esta estrategia significa no establecer ninguna medida al presentarse el riesgo. Se sugiere si el riesgo no es muy grave, de modo que las repercusiones no serán altas. 

 

¿Cómo saber cuál es la mejor estrategia para los riesgos en tu negocio? Para definir esto es importante considerar la intensidad y frecuencia de cada riesgo, así como las posibilidades de hacerle frente. 

 

Una forma de definir la mejor estrategia para cada riesgo son estos pasos, sugeridos en el Manual del IICA, son: 

 

  1. Primero evalúa los factores de riesgo y los canales a través de los cuales éstos afectarín tu negocio. Para ello se necesita contar con la mayor cantidad de información disponible y que esté relacionada con el tipo de riesgo.

 

Por ejemplo, si se trata de un riesgo climático, conviene evaluar estadísticas agroclimáticas, datos sobre riesgos de sequías o inundaciones y cualquier información o análisis en medios sobre perspectivas y monitoreos climáticos. Si es un riesgo sociopolítico se puede dar seguimiento a los acontecimientos que puedan convertirse en un riesgo, por ejemplo una huelga de transportistas, para valorar si la situación se complica.

 

  1. Desarrolla acciones de mitigación. Piensa en acciones que tú como productor puedes implementar. Un ejemplo puede ser la protección activa del cultivo mediante el riego por aspersión, para reducir el riesgo de heladas, o colocar mallas antigranizo.

 

Una forma de mitigar riesgos económicos puede ser preparar un plan de agronegocios que te ayude a tomar decisiones y evitar improvisaciones al momento de afrontar un riesgo.

 

Como verás las acciones de mitigación requieren planeación. Una recomendación para establecer estrategias de mitigación es identificar los factores de riesgo, enumerar las fuentes generadoras de riesgo de cada uno, las consecuencias y las medidas preventivas que puedes llevar a cabo.

 

  1. Asume los riesgos que no pueden ser mitigados o cuya mitigación es económicamente inviable. 

 

  1. Transfiere los riesgos en los casos en que existan instrumentos o actores que te lo permitan. Por ejemplo, para transferir los riesgos climáticos existen ciertos seguros de protección. En el caso de riesgos económicos, como la volatilidad de precios, ésta se puede transferir mediante contratos de precio mínimo o contratos futuros.

 

Como parte de las estrategias para la gestión de riesgos, especialmente para su mitigación o transferencia, considera los instrumentos surgidos de políticas públicas, como los seguros públicos, los programas de subsidio, la asistencia financiera o los fondos de ayuda ante emergencias para el sector agropecuario, así como programas de asistencia, de regulación y sostenimiento de precios, e incentivos a la diversificación agrícola.

 

¿Cómo anticiparte al riesgo?

 

Parte de la preparación para saber gestionar los riesgos es prepararse ante cualquier eventualidad.

 

Te compartimos algunos consejos, retomados de este artículo publicado en la plataforma de ConnectAmericas, que te ayudarán a anticiparte a los riesgos: 

 

1. En primer lugar, identifica las actividades clave en tu empresa, así como los objetivos y estándares para cada una de esas actividades.

 

2. Identifica los activos clave de tu empresa, aquellos que si se ponen en peligro podrían afectar la continuidad del negocio.

 

3. Identifica todas las posibles fuentes de riesgo que podrían perjudicar o favorecer inesperadamente el logro de tus objetivos.

 

4. Calcula el tamaño de la pérdida que tendrías si un riesgo se materializara. Este conocimiento te servirá para saber si aplicar determinada estrategia te costará más que la posible pérdida o afectación.

 

Ante todo, recuerda que los riesgos son parte del desarrollo de un negocio. La planeación y preparación ante las posibles eventualidades es lo que hace la diferencia sobre cómo se gestionan para disminuir sus impactos.



Otras fuentes consultadas:

 

Orlando Armijo Montes, “Diseño de una herramienta para la gestión de riesgos y continuidad de negocio en la producción agroalimentaria”. Revista e-Agronegocios. https://revistas.tec.ac.cr/index.php/eagronegocios/article/view/5673/5817

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