Este índice fue creado por el Social Progress Imperative -cuyo asesor principal es el profesor Michael E. Porter de la Harvard Business School-, por académicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts y cuenta el apoyo de Deloitte, Fundación Avina, Fundación Rockefeller, Fundación Skoll, Cisco y Compartamos Banco. 

Se diseñó como un complemento al PIB y otros indicadores económicos, para proporcionar una visión más holística del desempeño general de los países.

Los resultados del Índice 2015 —que de acuerdo a sus creadores es una “medida poderosa de la inclusión” para guiar a los países a “encarar la agenda de desarrollo pos-2015”— muestran que, si bien hay una correlación entre el progreso social y el PIB, “el crecimiento económico no lo es todo” y “las naciones pueden seguir mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos pese a los desafíos económicos que hoy enfrentan”. 

Mediante procesos de colaboración en red, organizaciones en toda América Latina están aplicando la metodología del Índice de Progreso Social a regiones, ciudades y comunidades para identificar las necesidades sociales y ambientales más apremiantes, describirlas en un lenguaje común, priorizar recursos, alinear las intervenciones, promover enfoques innovadores e incrementar el impacto social de sus esfuerzos. 

Paraguay se convirtió en el primer país del mundo en adoptar, de manera oficial, el Índice de Progreso Social como una medida de desempeño nacional, mediante el uso de datos del Índice para evaluar las necesidades sociales de sus ciudadanos, y para monitorear los logros del Plan Nacional de Desarrollo. 

A su vez, representantes de instituciones gubernamentales, incluyendo los ministerios de Desarrollo Social de Chile, Panamá y Perú, los ministerios de Planificación de Paraguay y Trinidad y Tobago, las municipalidades de Rio de Janeiro y Ciudad de Guatemala lo tienen en cuenta y están liderando nuevos esfuerzos para promover el bienestar humano en toda la región.

En América Latina, Uruguay lidera en progreso social. El Índice revela que Uruguay ocupa la posición 24 de 133 países en el ranking global de progreso social 2015. A nivel latinoamericano, entre los 21 países de la región incluidos en el Índice, Uruguay se ubica en primer lugar, superando a Chile (26 del mundo) y Costa Rica (28), todos ellos con puntajes superiores a 75/100, característicos de países con niveles de progreso social alto. 

Confirmando las tendencias regionales, la clave que explica el excelente desempeño de Uruguay radica en la dimensión de oportunidades, especialmente en medidas de “tolerancia e inclusión”, que evalúa temas como la discriminación hacia las minorías, la tolerancia hacia los inmigrantes o hacia los homosexuales, en los cuales Uruguay se posiciona como cuarto país del mundo. 

En “derechos personales”, que mide el ejercicio de derechos políticos o de propiedad, Uruguay se encuentra igualmente entre los diez primeros países del mundo, mientras que en medidas de “libertad personal y de elección” ocupa la posición 16. 

En otras dimensiones el estudio señala que para mejorar su Progreso Social, Uruguay tiene que trabajar más fuerte, entre las que sobresalen altas tasas de muertes en accidentes de tránsito y altas tasas de suicidio, medidas en las cuales Uruguay cae por debajo del puesto 100. 

Steve Almond, Presidente Global de Deloitte Touche Tohmatsu Limited (Deloitte Global), sostuvo: “El crecimiento económico que es inclusivo y sustentable es importante para los negocios y es vital para la construcción de una sociedad próspera. El Índice de Progreso Social es una guía práctica para dirigir los recursos, hacia soluciones que puedan desencadenar este crecimiento. Para los negocios, el Índice es una herramienta necesaria para el siglo XXI, como guía para inversiones, para informar a las estrategias de responsabilidad social y para entender mejor el impacto y el propósito de los negocios en la sociedad, más allá de sus ganancias. Estos son elementos clave para atraer y retener el talento de hoy que cada vez más quiere trabajar para empresas con propósito”. 

Artículo escrito por Deloitte.