Muchas empresas levantan hoy el estandarte de la innovación y sueñan con tener entre sus filas a un Steve Jobs, el mítico fundador de Apple, o a un Reid Hoffman, el creador de LinkedIn, pero no siempre están dadas las condiciones básicas para que eso suceda.

América Latina no pasará a su próximo estadio de desarrollo sin innovación en todos los niveles

Que innovar sea solamente privilegio para una minoría de empresas grandes y transnacionales, o alegar que la falta de presupuesto es una traba, son algunos de los mitos que deben desterrar las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) de la región para enfrentarse a este desafío.

La innovación como proceso empresarial consiste en identificar oportunidades del mercado que conllevan a la introducción de nuevos productos, servicios, procesos o a la modificación de los actuales. Implica desarrollar capacidades y despojarse de formas tradicionales de hacer los negocios.

Innovar es enfocar el negocio hacia oportunidades que existen en los actuales mercados y también en nuevos que se abren por efecto de la globalización. La competencia en el mapa internacional alienta el desafío de la innovación para las PYMEs porque muchas veces conlleva la necesidad de adaptarse a las tecnologías y hacer efectiva una inversión que, en general, se posterga al actuar solo en el ámbito local.

En su libro "Crear o Morir", el periodista y conductor Andrés Oppenheimer dice que América Latina no pasará a su próximo estadio de desarrollo sin innovación. Luego de casi una década de crecimiento económico, opina que será muy difícil hacerlo sostenible si no se mejora la competitividad innovando en todos los niveles, tanto con nuevas tecnologías como con la generación de valor en las industrias y procesos tradicionales.

Un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en Argentina, concluyó que las PYMEs que implementan actividades de innovación logran una mejor performance competitiva que aquellas que no lo hacen. La contratación de consultorías, la adquisición de tecnología y la apertura de la orientación hacia el mercado externo constituyen algunas de las actividades de innovación que posicionan a estas empresas.

El proceso de innovación se genera para la PYMEs a través de diferentes canales que no necesariamente está relacionados con el gasto o el presupuesto en investigación y desarrollo (I+D). Los conocimientos tácitos, los esfuerzos informales y las mejoras incrementales adquieren una mayor relevancia en comparación con las grandes empresas. La eficacia de estos canales dependen del contexto competitivo en que operan, la capacidad de relacionarse de forma eficiente con su entorno económico e institucional y el acceso a procesos más formales de innovación.

Clima de innovación

Oppenheimer habla de crear una cultura de la innovación, un ambiente que produzca un entusiasmo colectivo por la creatividad, y glorifique a los innovadores productivos de la misma manera en que se hace con los grandes artísticas y deportistas. Existe multiplicidad de formas de hacerlo, desde políticas de recursos humanos hasta campañas de comunicación o el establecimiento de premios y competencias. Lo primordial es reducir el miedo al fracaso.

El especialista en biología molecular Estanislao Bachrach, profesor de Liderazgo e Innovación en el MBA de la Universidad Torcuato Di Tella, de Buenos Aires, asegura que la creatividad puede expandirse de manera que los proyectos nuevos no dependan sólo de personas talentosas sino que todos piensen creativamente. Brindar tiempo para la capacitación, para mirar el futuro y para pensar en cómo diferenciarnos son algunas de las condiciones”.

En búsqueda de la innovación, una nueva tendencia es que algunas empresas promuevan la incorporación de personal proveniente de otras disciplinas para generar un pensamiento diverso y un análisis diferencial de los procesos o del negocio en sí. Así es como ingresan al mundo empresarial profesionales biólogos, médicos, antropólogos, actores y entrenadores deportivos.

Pero no siempre hace falta salir a buscar afuera y más cuando se trata de una pequeña compañía. Eduardo Sánchez, antropólogo empresarial y asesor de Google, recomienda alimentar la desviación positiva que permite potenciar a los innovadores dentro de una empresa. "En algún lugar de la organización, hay grupos de personas que ya están haciendo las cosas de manera diferente y mejor. Encuéntrelos y alimente su fuego", agrega.