Dicen que la primera impresión es la que cuenta y esto es más que cierto a la hora de comprar, porque cuando se elige un producto en una tienda o supermercado, muchas veces no se mira mucho más allá del empaque.

Además de su contribución en la presentación, la elección de envases y embalajes puede generar una mejora en la competitividad, aumentando las ventas; y es fundamental para la eficiencia logística, reduciendo los costos de almacenamiento y transporte.

El envase entendido como elemento de marketing puede significar un diferenciador en el mercado que haga al éxito de las ventas. De acuerdo con un reciente estudio presentado en Expopack Guadalajara 2015, el 76% de las decisiones de compra de productos de consumo cotidiano se realiza en el supermercado. No obstante, las marcas en general desaprovechan la poderosa oportunidad de persuasión que representa la exhibición en estantes.

Por su naturaleza funcional, los envases y embalajes deben facilitar los procesos de aprovisionamiento, envasado, manipulación, almacenamiento y transporte de los bienes. Desde una perspectiva técnica, un buen embalaje tiene que asegurar que el producto llegue sin ningún tipo de problemas al consumidor final. Por eso, debe diseñarse en virtud de los materiales que lo componen, de cómo éstos se verán afectados por las condiciones de transporte, clima, humedad o manipulación.

El tamaño o cubicaje debe estar orientado a la optimización del espacio durante el traslado y almacenamiento. Por ejemplo, si al ponerlo en un pallet sólo logras ocupar un 70% de su superficie, la perdida de eficiencia en el transporte es significativo. Se debe tener presente por qué medios será transportado, qué distancias deberá recorrer, dónde será almacenado, comercializado, etc. Muchas veces es la bodega del cliente la que determina el diseño del embalaje.

Compartimos a continuación algunos aspectos a tener en cuenta para el diseño de empaques, de la revista especializada Envapack:

1. Material adecuado: tener en cuenta el estado del producto y sus necesidades físico-químicas de manera que no lo afecte. El material o envase deben proveer la protección suficiente contra los elementos del medio ambiente que puedan generar alteraciones; y conservarlo en buenas condiciones durante el tiempo suficiente para tener una oportunidad en el mostrador.
2. Estética y grafismo: el empaque o envase deben lograr una concordancia de forma, tamaño, y color que inviten a la compra y a su repetición. Tanto el color, como la tipografía y las imágenes escogidas deben ser armónicas para que el producto sea llamativo en el segmento al que se le dirigió. La tipografía debe comunicar las ventajas del producto, cumpliendo todos los aspectos informativos legales nacionales e internacionales. Todo esto sin dejar de lado la practicidad para el consumidor.
3. Originalidad, disponibilidad y costos: es muy importante que el empaque usado en su producto muestre que es original, que además es completamente nuevo y que no ha sido abierto antes. Los materiales y envases deben poder obtenerse de forma fácil, oportuna y continua en el mercado; y con un costo justo que permita un buen valor agregado.

Desde el ámbito académico, el Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial recomienda realizar un briefing para el diseño de envases que debería abordar las siguientes perspectivas: mercado al que apunta el bien, exigencias del consumidor, necesidades del producto, y las condiciones de producción, almacenamiento, transporte y distribución.