Por: Diana Vega
La realidad que supuso la llegada del COVID-19, ha puesto en tela de duda muchos procedimientos y formas de hacer las cosas, incluidos en esa categoría se encuentra la manera en que hacíamos negocios, la cual ha cambiado para siempre. El sistema de comercialización (exportación-importación), se ha modificado estableciendo métodos de trabajo remoto, comercio electrónico, transformando digitalmente todas las operaciones. En materia exportable el país sorprendentemente ha presentado un alza, registrando un total de $175.1 millones de dólares, lo que representa un 11,7% de crecimiento en medio del inesperado estado de emergencia declarado desde el mes de marzo.
Muchos sectores de la economía se han visto beneficiados; podemos destacar la exportación de carne bovina al gigante asiático China, lo cual impulsó enormemente al sector ganadero panameño, alcanzando los $13.6 millones. Adicionalmente, se registraron números positivos hacia productos como el banano con $30.5 millones de balboas en exportaciones hacia el mercado europeo, madera y sus derivados con $21.3 millones de dólares. Las cifras muestran un aumento del 18% comparado con las presentadas en el periodo julio 2019 – marzo 2020, lo que significa una inyección a nuestra economía de alrededor de $85 millones de dólares, ubicándonos en un estado favorable a pesar de las desventajas que ha traído consigo la pandemia.
Es por esta razón que debemos vislumbrarnos en positivo y atacar las posibles áreas de interés que surjan en nuevos mercados a consecuencia de estos eventos. Panamá ha sigo elogiada frente a otros por haberse adelantado a la crisis, por lo que debe aprovechar y tratar de exportar sus mejores productos “Covid Free”, porque luego que la etapa sucumba “la higiene va a valer más”. Los economistas sugieren entonces crear nuevos mercados donde aún no existan competencias. El país se podrá promocionar con artículos que hayan tenido éxito en materia sanitaria.
Por otro lado, nos encontramos con las pequeñas y medianas empresas, las cuales no podemos descuidar porque representan el motor del comercio nacional. En Panamá hay más de 250 mil empresas registradas como pymes, esto es el 95% de las empresas totales del país. Los economistas sugieren elaborar un plan para rescatar a las pymes, quienes ya pasaban dificultades que se agravaron más con el paso de estos meses. Finalmente, el sistema bancario se hace presente con cifras saludables, con una liquidez del 61%, doblando lo requerido por la Superintendencia de Bancos, lo que se traduce en niveles óptimos a pesar de la situación de incertidumbre que vive el país. Este sector es uno de los pilares básicos que impactan notablemente sobre el PIB, aportando el año pasado el 7.1%.
Podemos concluir que a pesar de todos los impactos que hemos recibido y todos los cambios que están ocurriendo a nivel global, la economía panameña se mantiene estable y sigue dominando la región. Las exportaciones de bienes y servicios pretenden continuar hacia el alza y generar oportunidades de aperturas económicas favorables que conviertan a Panamá en un país líder en exportaciones.
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